Machu Picchu En Caja (VER). Caretas, 26/6/08

Cultural :::: Cuadrando la disputa con Yale sobre piezas de Machu Picchu antes del próximo encuentro entre las partes.

Machu Picchu En Caja (VER)

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Arqueóloga Lucy Salazar, del Museo Peabody y Barbara Shailor, rectora de Yale, con parte de la colección Machu Picchu, y la única caja original que queda de la expedición de Bingham.

Al escarbar en la controversia entre la Universidad de Yale y el Estado peruano por las piezas que Hiram Bingham se llevó de Machu Picchu en 1912 asoma un laberinto de desinformación y apasionamiento. Hay robusto encono entre arqueólogos, febril intervención de historiadores, y harto patrioterismo político, siempre un tesoro a ras del suelo. Pero un arqueólogo no es historiador, un historiador no es arqueólogo, un político no es nada de lo anterior, y ninguno de ellos es abogado en ejercicio. Toca una arqueología informativa.

1) La Expedición de 1912

: El profesor de historia de Yale, Hiram Bingham, hizo seis viajes al Perú desde 1908. Yale asegura que su colección proviene de la expedición de 1912. En esa expedición Bingham dijo haber encontrado 173 esqueletos, 350 platos y jarras, orfebrería, 900 ejemplares de mamíferos, 700 aves, 20 culebras y 10 lagartijas. Agrega, “para el beneficio de mis críticos peruanos, ni un solo artículo de oro fue encontrado ahí (o en cualquier otro sitio)”.1 Con fecha 31 de octubre de ese año, Moreira y Riglós, Director General de Instrucción del Perú, firma en El Peruano la resolución concediéndole –por única vez– el permiso a Hiram Bingham para excavar en Machu Picchu hasta el 1 de diciembre y llevarse a Yale lo que encuentre. La 4ta resolución reserva al Gobierno del Perú el derecho a reclamar la devolución de piezas únicas y repetidas. Esta, sin embargo, había sido derogada por el artículo 282 del Código de Aguas de 1902. Además el artículo 6, inciso II del Decreto Supremo de abril de 1893– concordante con el artículo 522 del Código Civil de 1852 –sostiene que el dueño de las piezas era quien las encontrara, argumenta la defensa de Yale. El Perú, por más de 80 años, no tuvo reclamación alguna al respecto.

En 1948, con 73 años, Bingham volvió a Machu Picchu y fue invitado a inaugurar la “carretera Hiram Bingham”, el camino en zigzag que lleva a las ruinas. En 1981, un cuarto de siglo después de su muerte, Perú y los EE.UU. firmaron un acuerdo bilateral, sin carácter retroactivo, prohibiendo la exportación de restos arqueológicos del Perú. El periodista Roger Atwood, especializado en arqueología y autor de “Robando Historia: Ladrones de Tumbas, Contrabandistas y el Saqueo del Mundo Antiguo”, ha declarado que la posición peruana depende más en la “persuasión ética” que en argumentos jurídicos.

2) La Expedición de 1914-15

: bajo un marco legal distinto a 1912, Bingham se llevó piezas peruanas en calidad de préstamo por 18 meses. La carta que Bingham dirige al director de National Geographic reconociendo la propiedad peruana de las piezas es de 1916. Aduciendo retraso por la Primera Guerra Mundial, devolvió más de 40 cajas recién entre 1921 y 19232. Estas reposaron 53 años en un depósito del Museo de Antropología de Pueblo Libre hasta que en 1976 se interesó en ellas una estudiante de arqueología norteamericana, Sara Gehler, de la Universidad de Missouri. Ella las tuvo que buscar al ojo pues nadie sabía de su paradero. Halló las jabas originales de Bingham y contrató a los peruanos Juana Mayzundo y Rubén García para inventariarlas. En 1984 el belga Edouard Versteylen a cargo del Museo ordenó deshacerse de las jabas originales y trasladar los restos –humanos y animales– a cajas de plástico. Ahi han sido investigadas por el japonés Ken-ichi Shinoda.

3) Las piezas:

quien visite la colección Machu Picchu en Yale se encontrará con las 46 mil piezas arqueológicas que contó el INC en 10 días. Pero 45, 600 de ellas, aproximadamente, son fragmentos. Yale y el INC cuentan diferente (ver foto), y Yale solo identifica 384 piezas “museables” que estaría dispuesto a devolver. Se dice que las piezas no han sido estudiadas. En la publicación “Machu Pichu- Unveiling The Mistery of the Incas” (2004), catálogo de la muestra itinerante que la Universidad hizo con el auspicio de 10 instituciones y que fue visitada por 1,200,000 personas, se consignan por lo menos tres decenas de estudios –entre 1984 y 2003– hechos en torno a ellas.

4) El Memo de Entendimiento:

Yale considera que no está obligado legalmente a devolver las piezas al Perú. Pero en el 2011 se cumple el centenario del re descubrimiento de Bingham. El Memo de Entendimiento (MDE) respecto al regreso de las piezas intenta crear un modelo de administración conjunta y continua de los materiales. Plantea una exhibición itinerante de las piezas durante dos años, cuyos ingresos netos se destinarían a la construcción de un centro de investigaciones y de un Museo en Machu Picchu para albergarlas. Además ofrece un fondo de US$ 100 mil durante tres años para investigación. Un punto crítico es que Yale tendría los derechos usufructuarios sobre los materiales por 99 años. Otro es que el MDE solo puede ser modificado mediante una comunicación escrita firmada por ambas partes. El Perú, en la persona del entonces Ministro de Vivienda Hernán Garrido Lecca, firmó en septiembre del 2007 el MDE que ahora pone en suspenso.

Podría suponerse que se dieron cuenta tarde que la devolución de piezas podría ser en el 2011, ya con otro gobierno saliendo en la foto.

Actualmente ambas partes no se ponen de acuerdo cuándo volverían a reunirse. Esto da pie para imaginar dos escenarios hipotéticos al 2010: a) Un flamante museo en Machu Picchu inaugurándose al filo del plazo legal para hacer campaña electoral. b) Las piezas aún en Yale mientras un juicio entierra su destino en el sistema judicial peruano. Ahí no llega ni Indiana Jones con Hulk tirando lampa (J.B.).

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1 Lost City of the Incas, (Duell, Sloan and Pearce), 1948.
2 Lost City of the Incas, pág 229: Prácticamente todos nuestros especímenes de historia natural fueron depositados en el Instituto Smithsoniano. El material arqueológico está en el Museo de la Universidad de Yale, excepto lo que fue excavado en 1914-1915, que fue todo devuelto al Gobierno Peruano.

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