Resumen de la reunión del día 16/4/2014, con el Secretario General y otras autoridades del MINCU
RESUMEN DE LA REUNIÓN DEL DÍA 16 DE ABRIL DE 2014, CON EL SECRETARIO GENERAL Y OTRAS AUTORIDADES DEL MINISTERIO DE CULTURA.
La reunión se llevó acabo de acuerdo a la agenda que se desarrolla a continuación:
I. BIBLIOTECA DEL MUSEO DE LA NACIÓN
II. AMPLIACIÓN DELMUSEO NACIONAL DE ARQUELOGÍA, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DEL PERÚ Y CREACIÓN DEL MUSEO NACIONAL EN PACHACÁMAC
III. MUSEO DE LA NACIÓN
IV. SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ Y DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
POR PARTE DEL SINDICATO SUTINC-728:
Francisco Merino, Milano Trejo y Jacqueline Aranibar y los siguientes funcionarios del Ministerio
Mario Huerta Secretario General
Orlando Chiong Director General RRHH
Fabricio Terán Director General de OPP
Fátima Retamozo Asesora de Secretaria General
I. BIBLIOTECA DEL MUSEO DE LA NACIÓN
Frente a las noticias de que se procedería al embalaje y depósito de la colección de libros, archivos, fondos en fideicomiso y otros de la Biblioteca del Museo de la Nación y el traslado a otras dependencias del Ministerio de Cultura, el Secretario General nos informó que no se efectuaría ningún traslado de local hasta que el local alternativo no estuviera habilitado; igualmente, que el personal asignado a dicha dependencia sería respetadoen su situación laboral.
Finalmente, que dicha biblioteca sería modernizada con todo los instrumentos informáticos que la tecnología moderna permite para hacerla eficiente y brindar un servicio que supere sus fondos físicos, haciendo de la biblioteca parte de una red.
También manifestó que era necesario ajustes legales con fondos entregados en custodia que hasta ahora significan sólo gasto y responsabilidad del Museo de la Cultura y ninguna de los titulares.
II. AMPLIACIÓN DELMUSEO NACIONAL DE ARQUELOGÍA, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DEL PERÚ Y CREACIÓN DEL MUSEO NACIONAL EN PACHACÁMAC
1. El 2 de abril de 1822, el Generalísimo Don José de San Martín dicta una norma sobre protección del patrimonio arqueológico y que éste debe guardarse en un futuro Museo Nacional.
Esta institución y las colecciones que alberga pasan por diferentes circunstancias, incluyendo locales. Un hito lo constituye el Museo Nacional que funcionó en el Palacio de la Exposición y que fue objeto de expolio durante la ocupación de Lima por las fuerzas invasoras chilenas en la Guerra del Pacífico.
Otro hito importante es la creación en 1906, en la segunda planta del mismo edificio, del Museo Nacional, bajo la dirección de Max Uhle. En 1913 Julio C. Tello se hizo cargo de la Sección de Arqueología de dicho Museo.
En 1924, el Estado compra la colección y el inmueble del museo particular de Víctor Larco Herrera, en el que Julio C. Tello era director. Al año siguiente, la colección albergada en la Sección Arqueología del Museo Nacional (en el local de la Exposición) pasa al nuevo museo.
Una historia paralela es la del Museo Nacional de Historia. Éste tiene su origen en el Museo Bolivariano, fundado en 1921 en la hoy llamada Quinta de los Libertadores. En 1932 pasa a denominarse Museo de la Independencia; en 1935, Museo de la República, nombre que conserva hasta 1963, en que pasa a denominarse Museo Nacional de Historia.
Volvamos al derrotero de las colecciones de arqueología. En 1931 Julio C. Tello se instala en el área aledaña a la Quinta de los Libertadores. Lo hace en nombre del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la U.N.M. de San Marcos. Su objetivo era investigar los hallazgos obtenidos en sus excavaciones, fundamentalmente las realizadas en Paracas en la segunda mitad de la década de los veinte. En enero de 1945 se crea el Museo Nacional de Antropología y Arqueología, conocido también como Museo de la Magdalena Vieja o Antropológico, bajo la dirección de Julio C. Tello. En 1988 se da una ley que crea el Museo Nacional de Arqueología y Antropología del Perú, le otorga autonomía y pasa a depender de la Presidencia del Consejo de Ministros.
En 1992 se inicia un nuevo capítulo cuando mediante un decreto se fusionan el MNAAP y el MNH, dando origen al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. A pesar de que perdimos autonomía y que pasamos a depender nuevamente del Instituto Nacional de Cultura, ganamos en perspectiva y profundidad histórica, convirtiéndonos en el único museo del país que puede exhibir “la historia del Perú”
a. Un museo en apariencia tiene como tarea principal exhibir. Esta tarea sería imposible si dicha institución no cuenta con fondos que debe saber guardar, sino también preservar del deterioro para disfrute del conjunto de miembros de la nación.
Además, dichos fondos deben ser investigados para proponer una buena exhibición o simplemente avanzar en el conocimiento de nuestra historia. Pero la investigación también puede proyectarse hacia el campo, vale decir ir al encuentro de los yacimientos arqueológicos.
Complementariamente, el museo debe proyectarse hacia el exterior, hacia la comunidad científica y general, dando a conocer sus investigaciones o las investigaciones de otros, publicando revistas, creando una fuente de datos y biblioteca al servicio de cualquier usuario o promoviendo cursos.
Todas estas tareas, de una u otra manera, las ha cumplido el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
b. En vista de la imperiosa necesidad de renovación para cumplir mejor las tareas antes consignadas, se planteó el Proyecto de Inversión Pública Ampliación del MNAAHP, que a la fecha ha gastado más de S/ 100 000 nuevos soles y que implicaría renovación arquitectónica y obras civiles que tengan en cuenta la modernización de la infraestructura tanto en aspecto, áreas de exhibición y conservación y servicios.
2. En estas circunstancias, cuando nuestros esfuerzos y expectativas estaban centrados en la ampliación y renovación del MNAAAHP, surge el proyecto del Museo Nacional en Pachacámac.
Como trabajadores del Régimen del D.L. 728 en el Ministerio de Cultura y como simples ciudadanos queremos expresar nuestra opinión frente a dicho proyecto:
a. Extraoficialmente y por visitas hechas a nuestras instalaciones, presumimos que se trataría de la reedición de un nuevo museo de arqueología.
b. Dicho museo no sólo competiría con el MNAAHP sino que se haría exclusivamente sobre la base de los actuales fondos del MNAAHP.
c. Ello traería como consecuencia la desaparición funcional del MNAAHP. A lo sumo, de acuerdo a los trascendidos, nuestra actual exposición quedaría “congelada” en la medida que la ausencia de fondos impediría la renovación de la exposición. Dicho esto gráficamente, si tal situación se hubiera dado hace unos meses, el MNAAHP no habría podido implementar la nueva sala Paracas, que tanta admiración ha causado entre nuestros visitantes.
d. Hay una institución que el país y la nación reclaman: el Perú no cuenta con un Museo de la Nación, entendiendo por tal uno que no sólo represente toda nuestra historia sino también la realidad cultural diversa de nuestro país, tanto de actores autóctonos y locales como también venidos como inmigrantes.
e. Frente al emplazamiento del Museo Nacional en Pachacámac, planteamos lo siguiente:
-Pachacámac fue un oráculo y luego adoratorio de larga data. Su historia se remonta cuando menos a los inicios de nuestra Era. O sea, tiene de unos 1500 años de vida continua.
-El Estado exige a todo persona natural o jurídica que plantee llevar a cabo alguna obra de envergadura en un terreno que se sospeche contiene restos culturales o que se descubran en el transcurso de las obras civiles, un certificado de inexistencia de restos arqueológicos (CIRA).
III. MUSEO DE LA NACIÓN
1. El Museo de la Nación nació durante el primer gobierno de Alan García Pérez.
Para llevarlo a cabo, abandona el proyecto del presidente anterior, Fernando Belaúnde Terry, cuyo origen se remonta a su primer gobierno, en el Parque de las Leyendas y en donde se había avanzado en tareas de compactación del suelo y excavaciones profundas para proceder a la construcción de cimientos.
En pro de su implementación en el local del entonces INC hay que tener en cuenta que era un edificio casi vacío y el afán voluntarista del señor García.
En términos prácticos, el Museo de la Nación se convirtió en un nuevo museo de arqueología, sólo que amplio y con museografía ad hoc, que nace sin fondos, que nunca se preocupó de tenerlos porque para eso estaban los museos estatales del país que le proveían los especímenes necesarios.
Pero más importante es que traiciona la idea de museo de la nación, vale decir, del conjunto de los habitantes de este país sin distingo alguno y que entre todos han contribuido a la forja del Perú actual, multiétnico y multicultural.
En 1990, el Dr. Luis Lumbreras, director del Museo de la Nación, publicó en el Boletín del Museo de la Nación (N° 2: 1-3) un esquema guion museográfico que buscaba superar la limitación mencionada pero, lamentablemente, nunca se desarrolló ni llevó a cabo por las administraciones posteriores.
Posteriormente, la exposición del Museo de la Nación se fue desnaturalizando por falta de mantenimiento y porque la exposición fue sometida a cambios que la redujeron.
En 2008, con motivo de la ALCUE, se dio el puntillazo final no obstante que se dijo que se iniciaba un proceso de renovación y puesta al día de la exposición. Obviamente que por tal entendían sólo el aspecto arqueológico.
Finalmente, sabemos que se ha gastado dinero hasta en tres proyectos de guion museográfico sin resultado alguno.
Si bien llama la atención que fue durante la segunda administración del “inventor” del Museo de la Nación que se inicia su proceso de desnaturalización, no justifica que este proyecto haya sido dejado de lado, literalmente abandonado, porque lo que hay que recuperar es que su propósito es que reflejara el proceso de construcción de la nación peruana y superar el reduccionismo arqueologista.
2. También le manifestamos al Secretario General nuestra preocupación sobre la situación de los trabajadores que laboran adscritos al Museo de la Nación, y más concretamente por dos de nuestras asociadas.
La respuesta del Secretario General fue que la Directora General de Museos no sólo era una eficiente profesional sino que ella creía conveniente contar con un personal de su entera confianza, y que la institución podría remover a un trabajador porque así convenía a su buen funcionamiento.
Nuestra respuesta fue que no poníamos en duda la calidad profesional de la Dra. Guillén ni tampoco las necesidades institucionales. También que el trabajo continuo de ambas asociadas a lo largo de los años y diferentes administraciones era una prueba elocuente de su capacidad y que eso era precisamente lo que debía evaluarse. Finalmente, argumentamos en el sentido de la necesidad de que la carrera profesional se respete y se institucionalice, que en los últimos tiempos las administraciones se ha caracterizado por el abuso del “cargo de confianza”.
IV. SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ Y DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Los trabajadores de la Biblioteca Nacional y del Archivo General de la Nación, no obstante pertenecer al sector Cultura no recibieron el aumento de las escalas que por racionamiento y movilidad sí beneficiaron al resto de trabajadores del sector a nivel nacional.
Creemos que es nuestro deber manifestar y dar a conocer dicha situación injusta en cuanta circunstancia se dé por un elemental deber solidario.
El Secretario General nos respondió que en las actuales circunstancias la única posibilidad de mejora de sus ingresos es la ley SERVIR.
La reunión se llevó acabo de acuerdo a la agenda que se desarrolla a continuación:
I. BIBLIOTECA DEL MUSEO DE LA NACIÓN
II. AMPLIACIÓN DELMUSEO NACIONAL DE ARQUELOGÍA, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DEL PERÚ Y CREACIÓN DEL MUSEO NACIONAL EN PACHACÁMAC
III. MUSEO DE LA NACIÓN
IV. SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ Y DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
POR PARTE DEL SINDICATO SUTINC-728:
Francisco Merino, Milano Trejo y Jacqueline Aranibar y los siguientes funcionarios del Ministerio
Mario Huerta Secretario General
Orlando Chiong Director General RRHH
Fabricio Terán Director General de OPP
Fátima Retamozo Asesora de Secretaria General
I. BIBLIOTECA DEL MUSEO DE LA NACIÓN
Frente a las noticias de que se procedería al embalaje y depósito de la colección de libros, archivos, fondos en fideicomiso y otros de la Biblioteca del Museo de la Nación y el traslado a otras dependencias del Ministerio de Cultura, el Secretario General nos informó que no se efectuaría ningún traslado de local hasta que el local alternativo no estuviera habilitado; igualmente, que el personal asignado a dicha dependencia sería respetadoen su situación laboral.
Finalmente, que dicha biblioteca sería modernizada con todo los instrumentos informáticos que la tecnología moderna permite para hacerla eficiente y brindar un servicio que supere sus fondos físicos, haciendo de la biblioteca parte de una red.
También manifestó que era necesario ajustes legales con fondos entregados en custodia que hasta ahora significan sólo gasto y responsabilidad del Museo de la Cultura y ninguna de los titulares.
II. AMPLIACIÓN DELMUSEO NACIONAL DE ARQUELOGÍA, ANTROPOLOGÍA E HISTORIA DEL PERÚ Y CREACIÓN DEL MUSEO NACIONAL EN PACHACÁMAC
1. El 2 de abril de 1822, el Generalísimo Don José de San Martín dicta una norma sobre protección del patrimonio arqueológico y que éste debe guardarse en un futuro Museo Nacional.
Esta institución y las colecciones que alberga pasan por diferentes circunstancias, incluyendo locales. Un hito lo constituye el Museo Nacional que funcionó en el Palacio de la Exposición y que fue objeto de expolio durante la ocupación de Lima por las fuerzas invasoras chilenas en la Guerra del Pacífico.
Otro hito importante es la creación en 1906, en la segunda planta del mismo edificio, del Museo Nacional, bajo la dirección de Max Uhle. En 1913 Julio C. Tello se hizo cargo de la Sección de Arqueología de dicho Museo.
En 1924, el Estado compra la colección y el inmueble del museo particular de Víctor Larco Herrera, en el que Julio C. Tello era director. Al año siguiente, la colección albergada en la Sección Arqueología del Museo Nacional (en el local de la Exposición) pasa al nuevo museo.
Una historia paralela es la del Museo Nacional de Historia. Éste tiene su origen en el Museo Bolivariano, fundado en 1921 en la hoy llamada Quinta de los Libertadores. En 1932 pasa a denominarse Museo de la Independencia; en 1935, Museo de la República, nombre que conserva hasta 1963, en que pasa a denominarse Museo Nacional de Historia.
Volvamos al derrotero de las colecciones de arqueología. En 1931 Julio C. Tello se instala en el área aledaña a la Quinta de los Libertadores. Lo hace en nombre del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la U.N.M. de San Marcos. Su objetivo era investigar los hallazgos obtenidos en sus excavaciones, fundamentalmente las realizadas en Paracas en la segunda mitad de la década de los veinte. En enero de 1945 se crea el Museo Nacional de Antropología y Arqueología, conocido también como Museo de la Magdalena Vieja o Antropológico, bajo la dirección de Julio C. Tello. En 1988 se da una ley que crea el Museo Nacional de Arqueología y Antropología del Perú, le otorga autonomía y pasa a depender de la Presidencia del Consejo de Ministros.
En 1992 se inicia un nuevo capítulo cuando mediante un decreto se fusionan el MNAAP y el MNH, dando origen al Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. A pesar de que perdimos autonomía y que pasamos a depender nuevamente del Instituto Nacional de Cultura, ganamos en perspectiva y profundidad histórica, convirtiéndonos en el único museo del país que puede exhibir “la historia del Perú”
a. Un museo en apariencia tiene como tarea principal exhibir. Esta tarea sería imposible si dicha institución no cuenta con fondos que debe saber guardar, sino también preservar del deterioro para disfrute del conjunto de miembros de la nación.
Además, dichos fondos deben ser investigados para proponer una buena exhibición o simplemente avanzar en el conocimiento de nuestra historia. Pero la investigación también puede proyectarse hacia el campo, vale decir ir al encuentro de los yacimientos arqueológicos.
Complementariamente, el museo debe proyectarse hacia el exterior, hacia la comunidad científica y general, dando a conocer sus investigaciones o las investigaciones de otros, publicando revistas, creando una fuente de datos y biblioteca al servicio de cualquier usuario o promoviendo cursos.
Todas estas tareas, de una u otra manera, las ha cumplido el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú.
b. En vista de la imperiosa necesidad de renovación para cumplir mejor las tareas antes consignadas, se planteó el Proyecto de Inversión Pública Ampliación del MNAAHP, que a la fecha ha gastado más de S/ 100 000 nuevos soles y que implicaría renovación arquitectónica y obras civiles que tengan en cuenta la modernización de la infraestructura tanto en aspecto, áreas de exhibición y conservación y servicios.
2. En estas circunstancias, cuando nuestros esfuerzos y expectativas estaban centrados en la ampliación y renovación del MNAAAHP, surge el proyecto del Museo Nacional en Pachacámac.
Como trabajadores del Régimen del D.L. 728 en el Ministerio de Cultura y como simples ciudadanos queremos expresar nuestra opinión frente a dicho proyecto:
a. Extraoficialmente y por visitas hechas a nuestras instalaciones, presumimos que se trataría de la reedición de un nuevo museo de arqueología.
b. Dicho museo no sólo competiría con el MNAAHP sino que se haría exclusivamente sobre la base de los actuales fondos del MNAAHP.
c. Ello traería como consecuencia la desaparición funcional del MNAAHP. A lo sumo, de acuerdo a los trascendidos, nuestra actual exposición quedaría “congelada” en la medida que la ausencia de fondos impediría la renovación de la exposición. Dicho esto gráficamente, si tal situación se hubiera dado hace unos meses, el MNAAHP no habría podido implementar la nueva sala Paracas, que tanta admiración ha causado entre nuestros visitantes.
d. Hay una institución que el país y la nación reclaman: el Perú no cuenta con un Museo de la Nación, entendiendo por tal uno que no sólo represente toda nuestra historia sino también la realidad cultural diversa de nuestro país, tanto de actores autóctonos y locales como también venidos como inmigrantes.
e. Frente al emplazamiento del Museo Nacional en Pachacámac, planteamos lo siguiente:
-Pachacámac fue un oráculo y luego adoratorio de larga data. Su historia se remonta cuando menos a los inicios de nuestra Era. O sea, tiene de unos 1500 años de vida continua.
-El Estado exige a todo persona natural o jurídica que plantee llevar a cabo alguna obra de envergadura en un terreno que se sospeche contiene restos culturales o que se descubran en el transcurso de las obras civiles, un certificado de inexistencia de restos arqueológicos (CIRA).
III. MUSEO DE LA NACIÓN
1. El Museo de la Nación nació durante el primer gobierno de Alan García Pérez.
Para llevarlo a cabo, abandona el proyecto del presidente anterior, Fernando Belaúnde Terry, cuyo origen se remonta a su primer gobierno, en el Parque de las Leyendas y en donde se había avanzado en tareas de compactación del suelo y excavaciones profundas para proceder a la construcción de cimientos.
En pro de su implementación en el local del entonces INC hay que tener en cuenta que era un edificio casi vacío y el afán voluntarista del señor García.
En términos prácticos, el Museo de la Nación se convirtió en un nuevo museo de arqueología, sólo que amplio y con museografía ad hoc, que nace sin fondos, que nunca se preocupó de tenerlos porque para eso estaban los museos estatales del país que le proveían los especímenes necesarios.
Pero más importante es que traiciona la idea de museo de la nación, vale decir, del conjunto de los habitantes de este país sin distingo alguno y que entre todos han contribuido a la forja del Perú actual, multiétnico y multicultural.
En 1990, el Dr. Luis Lumbreras, director del Museo de la Nación, publicó en el Boletín del Museo de la Nación (N° 2: 1-3) un esquema guion museográfico que buscaba superar la limitación mencionada pero, lamentablemente, nunca se desarrolló ni llevó a cabo por las administraciones posteriores.
Posteriormente, la exposición del Museo de la Nación se fue desnaturalizando por falta de mantenimiento y porque la exposición fue sometida a cambios que la redujeron.
En 2008, con motivo de la ALCUE, se dio el puntillazo final no obstante que se dijo que se iniciaba un proceso de renovación y puesta al día de la exposición. Obviamente que por tal entendían sólo el aspecto arqueológico.
Finalmente, sabemos que se ha gastado dinero hasta en tres proyectos de guion museográfico sin resultado alguno.
Si bien llama la atención que fue durante la segunda administración del “inventor” del Museo de la Nación que se inicia su proceso de desnaturalización, no justifica que este proyecto haya sido dejado de lado, literalmente abandonado, porque lo que hay que recuperar es que su propósito es que reflejara el proceso de construcción de la nación peruana y superar el reduccionismo arqueologista.
2. También le manifestamos al Secretario General nuestra preocupación sobre la situación de los trabajadores que laboran adscritos al Museo de la Nación, y más concretamente por dos de nuestras asociadas.
La respuesta del Secretario General fue que la Directora General de Museos no sólo era una eficiente profesional sino que ella creía conveniente contar con un personal de su entera confianza, y que la institución podría remover a un trabajador porque así convenía a su buen funcionamiento.
Nuestra respuesta fue que no poníamos en duda la calidad profesional de la Dra. Guillén ni tampoco las necesidades institucionales. También que el trabajo continuo de ambas asociadas a lo largo de los años y diferentes administraciones era una prueba elocuente de su capacidad y que eso era precisamente lo que debía evaluarse. Finalmente, argumentamos en el sentido de la necesidad de que la carrera profesional se respete y se institucionalice, que en los últimos tiempos las administraciones se ha caracterizado por el abuso del “cargo de confianza”.
IV. SITUACIÓN DE LOS TRABAJADORES DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERÚ Y DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Los trabajadores de la Biblioteca Nacional y del Archivo General de la Nación, no obstante pertenecer al sector Cultura no recibieron el aumento de las escalas que por racionamiento y movilidad sí beneficiaron al resto de trabajadores del sector a nivel nacional.
Creemos que es nuestro deber manifestar y dar a conocer dicha situación injusta en cuanta circunstancia se dé por un elemental deber solidario.
El Secretario General nos respondió que en las actuales circunstancias la única posibilidad de mejora de sus ingresos es la ley SERVIR.
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