Machupicchu, el Perú y el acuerdo con Yale. “Confieso con orgullo que carezco de espíritu patriotero –por que todo lo estrecha, empequeñece y limita el espíritu universal- pero jamás me sentí tan hondamente preocupado, o mejor terriblemente indignado, cuando al recorrer la vieja ciudad, bajo la lluvia y en medio de un calor ciertamente sofocante a pesar de la enorme altura, comprobé que lo único que Hiram Bingham no se había llevado eran los aposentos reales de pesados muros, las bien delineadas plazas y anfiteatros, las finas y pulidas piedras de las tumbas reales y de la nobleza, los altivos y fuertes torreones, los bellos y hoy descuidados jardines colgantes, el Intihuatana, el famoso Templo de las Tres ventanas, la Plaza Sagrada , el hermoso Templo Semicircular, las mansiones reales, el regio santuario”. Enrique Portugal. 1961. “Hiram Binham. El Traficante de Machupicchu” Tareas del Pensamiento Peruano , Año II, No 6, p. 70. Lima. El 23 de febrero Eliane Karp de To
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