Machu Picchu | Polémica. El ‘hallazgo’ de un farsante. Domingo, La República, 31/8/08

Machu Picchu | Polémica. El ‘hallazgo’ de un farsante

Por: Daniel Buck

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MACHU PICCHU, 1913. Espectacular fotografía de la ciudadela inca dos años después del “descubrimiento”, cuando Hiram Bingham inició las labores de limpieza y restauración.
Algunas historias sugieren que Augusto Berns, un aventurero ingeniero alemán que vivió en el Perú por periodos durante la segunda mitad del siglo XIX, había saqueado Machu Picchu. Un reciente informe, reproducido en un prestigioso diario peruano, afirma que "Berns se había cargado en peso la mayoría de los vestigios arqueológicos de Machu Picchu". Este informe responde a las especulaciones de Paolo Greer, un investigador y explorador de Alaska que visita mucho el Perú.
Dos son los problemas con los anuncios de Greer.

Primero, no hay evidencia que respalde la tesis de que Berns conocía la existencia de Machu Picchu. Segundo, aún si hubiera visitado Machu Picchu al final de 1880, muchos otros lo precedieron. En todo caso, ya que no dejó pruebas, no reveló detalles ni hizo anuncios sobre tal visita, Berns no descubrió nada.

Los logros de Hiram Bingham fueron diferentes. A lo largo de las tres expediciones realizadas entre 1911 y 1915, excavó, fotografió, estudió y dio a conocer al mundo Machu Picchu. No existe duda posible de que Bingham es el descubridor científico del lugar, un honor otorgado por José Gabriel Cosío, un académico del Cusco y delegado oficial de la segunda expedición de Bingham.

También es cierto que otros conocieron las ruinas antes que Bingham. Se podría decir que Machu Picchu nunca estuvo realmente perdido. Fue periódicamente conocido e ignorado, visitado, soslayado, habitado, cuidado e incluso comprado y vendido, desde el siglo XVI hasta que llegó Bingham. Prueba de ello es que al momento de la expedición de Bingham, las ruinas eran parte de la hacienda Sillique, propiedad de la familia Nadal.

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La postal. Una de las primeras fotos de Machu Picchu tal y como figura ahora en las postales.
En "Urubamba: Benemérita Ciudad y Provincia Arqueológica del Perú" (2007), Leandro Zans Candia resume citas coloniales y republicanas sobre Machu Picchu, compiladas por diversos historiadores peruanos. Pero la importancia del sitio arqueológico fue largamente ignorada y su belleza no apreciada. Cosío escribe en el Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima en 1912: "No es verdad que el doctor Bingham haya sido el descubridor de los restos; él les ha dado la vida de la fama y del interés arqueológico" .

Bingham fue, sobre todo, un explorador decidido. Registró los archivos, entrevistó a académicos, coleccionó mapas y habló con pobladores locales. Él ya sabía de Machu Picchu antes de dirigirse al valle de Urubamba. Sí, es verdad que no siempre fue generoso en reconocer el aporte de quienes lo asistieron. Como muchos exploradores, Bingham tenía un gran ego, un deseo por la fama y una buena dosis de ambición.

UN MENTIROSO CONGÉNITO

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El fraude. El investigador Daniel Buck, autor del presente informe, ubicó el primer registro público de la empresa fundada por el aventurero alemán Augusto Berns, en el que prometía la explotación de supuestos yacimientos de metales preciosos en el Valle de Urubamba, en Cusco.
Entonces, ¿quién es Augusto R. Berns y qué tiene que ver con Machu Picchu? Todo lo dicho sobre Berns tiene que ser antecedido por la palabra "aparentemente" porque era un mentiroso congénito, un Baron Munchausen, un fantasioso con un grado de ingeniero a su favor que es lo mismo que decir, "aparentemente con un grado de ingeniero". Dijo haber nacido en Alemania en 1842 y haber venido al Perú en 1860, también que trabajó con la Southern Peruvian Railway y luego para los militares peruanos.

A principios del año 1880 dijo haber estado fuera del Perú, específicamente en los Estados Unidos.
En 1881, viviendo en Michigan, organizó las primeras dos empresas que deberían ser llamadas más apropiadamente "estafas", "The Torontoy or Cercada-de-San Antonio Estate in Southern Peru" y "Huacas del Perú". Berns les mandó a inversionistas potenciales una carta, un mapa y proyectos, asegurando que su propiedad en el Valle Urubamba (frente al río del aún no descubierto Machu Picchu, en ese momento), estaba ubicada sobre un área que, de ser explotada, llegaría a ser "universalmente reconocida como la productora más grande de oro y plata ubicada en el centro del mundo".

Declaró que había oro por todo Torontoy diseminado en la tierra y la arena y en las venas de las rocas y la arcilla. Dijo también que había "un aparato antiguo de lavado de oro", cortado de rocas sólidas, llamado "Llamajcansha," que en la antigua lengua india significa "patio dorado". Es poco probable que sus lectores en Estados Unidos hablaran quechua, de lo contrario, hubieran supuesto o sabido que Llamajcansha significaba "patio o espacio de llamas". Berns estaba vendiendo una carga de excrementos de llama.

Asimismo, cerca de Llamajcansha, Berns insinuó la existencia de un túnel que "tenía razones para creer" era usado como tumba para acoger cuerpos embalsamados de incas con sus respectivos ornamentos. En su mapa, marcó el túnel "Huacas del Inca."

En una carta a inversionistas escrita desde Detroit, Michigan, Berns dijo que nada menos de "5 millones de dólares en efectivo puede ser adecuado" para desarrollar Torontoy. En moneda actual equivale a más de 100 millones de dólares. No se conoce qué pasó con su estafa, si se mantuvo así o si aumentó en cifras.

A LO INDIANA JONES

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Descubridor. Hiram Bingham en su carpa instalada en Machu Picchu.
En algún momento volvió al Perú y en 1887 organizó una compañía llamada "Huacas del Inca". El proyecto de 48 páginas de la compañía es charlatanería al estilo Indiana Jones ya que sugiere la existencia de tesoros inimaginables esperando ser descubiertos: "Las riquísimas y valiosísimas obras de arte" que "adornaban los templos y edificios públicos y reales de la metrópoli del imperio Incaico".

Berns anunciaba que enviarían expediciones para buscar estos tesoros de los incas, aquella porción de fortuna de Atahualpa que se libró de los españoles. Además informó a sus inversionistas que la "mitad por lo menos fue llevada consigo por los indios, según lo consigna la historia, a las montañas inmediatas al Cusco, o sea las de Paucartambo, Lares y Santa Ana".

No se sabe qué pasó con "Huacas del Inca", pero en 1888 su vicepresidente renunció públicamente su puesto, acusando a Berns de haber malversado fondos para su uso personal y por no haber lanzado ninguna expedición. En ninguno de los materiales publicados acerca de Augusto R. Berns se encuentra evidencia de que haya conocido, visitado o intente aprovecharse de Machu Picchu.

En una reciente columna del blog histórico científico Archaeorama, blogs.discovery.com, incluso Paolo Greer admite que no hay real evidencia de que Augusto Berns haya pisado las montañas de Machu Picchu. La verdad es que Greer es uno más en la larga cola de visitantes y "descubridores" de la ciudadela inca.

Comentarios

dbuck ha dicho que…
Dos retificaciones pequenas a mi articulo:

Primero, el dueno en 1911 de la zona donde Machu Picchu estaba ubicada era Mariano Ignacio Ferro. La familia Nadal vendio la propiedad a Ferro en 1905.

Segundo, en la ultima frase, debe decir "Berns es uno mas en la larga cola", no Greer.

Daniel Buck

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