Puruchuco: un caso de protección vs intereses comerciales. J. Lizarzaburu, 6/11/13
Tomado de: http://limamilenaria.blogspot.com/2013/11/puruchuco-proteccion-de-patrimonio-vs.html
PURUCHUCO: UN CASO DE PROTECCIÓN VS INTERESES COMERCIALES
Trabajos de rescate arqueológico en el sector definido para los túneles.
PURUCHUCO: UN CASO DE PROTECCIÓN VS INTERESES COMERCIALES
Trabajos de rescate arqueológico en el sector definido para los túneles.
El tema del interés común ha sido uno de los argumentos centrales para quienes apoyan la construcción de los túneles en Puruchuco. Es lo que ha venido repitiendo por años el alcalde de Ate, Oscar Benavides, señalando que este proyecto beneficiará a unas cuatro millones de personas y que, cuando se termine el trabajo, el recorrido que hoy toma 40 minutos se reducirá a 10. Hasta ahí, todo parece tener sentido. ¿Pero lo tiene?
Primero parece necesario tener en claro qué entendemos por bien común. Definiciones hay muchas pero todas coinciden en lo mismo: no se trata de la suma de los bienes individuales, sino que se trata de algo hecho en beneficio de todos los ciudadanos.
En el caso de los túneles, el argumento del aparente beneficio para todos es el que ha venido imponiéndose. Tanto así, que un cerro que había sido declarado intangible, ubicado en una importante zona arqueológica de la capital, va a ser atravesado para cumplir ese fin. Digamos que si fuera cierto, en buena medida quedaría justificada esta acción.
¿Pero estamos seguros que este es el caso? ¿Se han hecho públicos los estudios de Transporte? Una simple mirada al mapa deja al descubierto que la ampliación de la Av. Javier Prado solo tiene una longitud de unos 600 metros, para después volver a ingresar a la Carretera Central. ¿Cuál es el beneficio para la ciudad entonces?
Y en beneficio de quién
Una de las mayores tensiones que se vive en Lima estos días tiene que ver con la pérdida progresiva de valioso patrimonio arquitectónico. A eso se suma una historia de gestión de estos bienes culturales que es débil y cuestionada. Pero si este legado, es de todos los ciudadanos, ¿las decisiones no deberían apuntar, precisamente, al bien común?
Lo que viene quedando claro, en el caso de Puruchuco, es que un beneficiario directo de este proyecto, antes que los millones de ciudadanos, será la empresa que va a construir el centro comercial Real Plaza, justamente del otro lado del cerro y donde, según se entiende, levantarán su enorme playa de estacionamiento para 2000 autos. ¿Eso justifica lo que está sucediendo ahí?
Cuando hace un año le pregunté al alcalde Benavides por qué no se había optado por los túneles subterráneos, me respondió que “porque hay que enterrarlo una cuadra antes, y por donde saldría no es propicio”.
Evidencia desenterrada de canales de irrigación. Fotos: JL
Cargado de historia
Luego está el hecho de la carga patrimonial del lugar. Durante años muchos creímos que en Puruchuco solamente existía el recinto del último curaca inca. Lo que nos hemos venido enterando es que todo el cerro Mayorazgo es repositorio de varias capas de ocupación, con una cronología que supera los 3.000 años de antigüedad.
Es más, lo que está saliendo a la luz en las excavaciones de estos días son vestigios de lo que se creen son los primeros sistemas hidráulicos de la capital: canales de regadío milenarios, de los que cuales no existe otra evidencia en la ciudad.
Esto nos lleva a otro aspecto del debate, sobre si lo encontrado es suficiente razón para detener todo el proceso, o si basta con un registro detallado. Hay razones que justifican una u otra medida, pero en lugar de un diálogo y la búsqueda de soluciones consensuadas, lo que se vive es una atmósfera de innecesario enfrentamiento.
¿Qué futuro?
Un tercer elemento es el de la misma gestión y protección de patrimonio cultural. Aquí, también parece quedar claro que lo que manda son intereses poderosos, que van más allá de la capacidad de acción de un ministerio. La historia de cómo se ha procedido con Puruchuco (y aquí abajo pueden encontrar una cronología breve), nos muestra los vaivenes de la política, a expensas de nuestro patrimonio.
Entonces, ¿solo es posible la protección mientras no afecte a grandes intereses económicos? La experiencia viene diciendo que es así. Y es un tema que por ahora, todo parece indicar, escapa a la capacidad de protección de un gobierno que debería actuar en beneficio de sus ciudadanos.
Al final, es posible que Puruchuco nos deje o una buena lección o un mal sabor de boca. Lo que está pasando aquí es solo la una muestra de lo que está sucediendo con todo sitio, arqueológico o histórico, que quede en la mira de intereses comerciales.
Que nos hace falta un Estado fuerte que defienda lo que es de todos, es verdad. ¿Pero cómo lo conseguimos? De repente toca ampliar el ámbito de presión y exigir no solo a las autoridades políticas sino a las mismas empresas que están generando estas situaciones. Un Estado débil de repente necesita de una sociedad civil más fuerte. Igual es una buena solución.
***
Breve cronología del desorden y choque de intereses en uno de los más importantes sitios arqueológicos de Lima:
El área verde que rodea el palacio del curaca, o lo que debería ser la zona de amortiguamiento, está en manos de una universidad privada. Foto: Rumbos.
1950s: La zona de Puruchuco pertenece a la hacienda Vista Alegre, de la familia Ísola. A fines de esa década, los dueños donan el sitio arqueológico al Estado.
1960: El Dr. Arturo Jiménez Borja reconstruye el palacio del curaca e inaugura el primer museo de sitio en Sudamérica.
1979: La Constitución de ese año señala que todo vestigio arqueológico en propiedad privada pasa a ser del Estado. Antes de esa fecha la familia Isola habría vendido los terrenos aledaños a Mario Chang.
1985: El entonces INC declara al Cerro Mayorazgo y campos aledaños como área paisajista protegida, lo que implica (hasta donde parece) una expropiación de los terrenos a Chang.
1985: Aparecen los primeros planes para cortar el cerro, y el entonces alcalde de Lima, Alfonso Barrantes, asume su defensa y sugiere un desvío alrededor de Puruchuco.
1993: La nueva Constitución modifica la situación existente respecto a los sitios arqueológicos y da prioridad a la propiedad privada.
1998: Mario Chang, amparado en la Constitución del 93, reclama las tierras.
2000: El entonces director del INC, Luis Repetto, firma la Resolución N° 749/INC del 05 de julio, que desafecta el terreno de más de 40mil m2, y pasa a manos de Mario Chang Phum.
2000: Otra resolución firmada por el mismo director del INC desafecta un sector de la zona arqueológica de Huaquerones, parte del complejo de Puruchuco, para que la ocupe el AAHH Túpac Amaru.
2001: El Congreso autoriza que el sector oeste del cerro, designado para ser un gran parque público para Lima, pase a manos privadas para levantar el estadio de la U. Se denuncian enormes presiones comerciales e inmobiliarias.
2001: Puruchuco efectivamente se queda sin ninguna zona de amortiguamiento sobre territorio plano.
2001: En enero, el INC declara a Puruchuco Patrimonio Cultural de la Nación, Resolución Directoral N°082. Ese mismo año, la institución rectora recomienda hacer un túnel y no un corte a tajo abierto.
2003: Luis Guillermo Lumbreras, director del INC, firma la resolución 268 del 16 de mayo, que autoriza la ampliación de la Av. Javier Prado a tajo abierto.
2004: El Cerro Mayorazgo es declarado Patrimonio de la Nación (RDN Nº 827/INC-2004).
2011: El alcalde de Ate, Oscar Benavides, lanza con bombos y platillos sus planes para cortar el cerro en dos y dar paso a la continuación de la Av. Javier Prado.
Set. 2011: Artículo de El Comercio deja al descubierto inconsistencias en el manejo del proyecto de ampliación de la Avenida.
Dic. 2011: El ministerio de Cultura decide no autorizar el corte a tajo abierto. Se anuncia la opción de túneles subterráneos.
Jul. 2012: Otro artículo de El Comercio da a conocer que los túneles acordados no serán subterráneos sino prácticamente a nivel del suelo.
Jul. 2012: El decano del Colegio de Arquitectos del Perú-Lima, José Enrique Arispe, denuncia que “esto dista del compromiso inicial, y de la orden dada por el presidente de la República, que la mitad del túnel iba a penetrar bajo el nivel del suelo”.
Jul. 2012: Jorge Ruiz de Somocurcio, arquitecto y urbanista, declara que con los túneles “pretenden hacernos creer que se está respetando el volumen prehispánico, cuando en realidad lo perfora sin contemplaciones”
Feb. 2013: En entrevista con el entonces ministro de Cultura, Luis Peirano, se refiere a poderosas presiones comerciales para resolver de determinado modo el tema Puruchuco.
Jul. 2013: Peirano deja la cartera y asume Diana Álvarez Calderón, señalando que una de sus prioridades será la recuperación de patrimonio arqueológico, y se compromete a crear alianzas con la empresa privada para esa tarea.
Ago. 2013: Plantón frente al ministerio de Cultura de colectivos de ciudadanos. En los últimos dos años se produce un progresivo aumento de un movimiento patrimonialista, formado por arqueólogos, estudiantes, artistas y sociedad civil en general, que busca la revisión completa de los planes para la construcción de los cuestionados túneles.
Set. 2013: Trabajos de rescate sobre el terreno en el que se construirán los túneles, deja a la luz evidencia arqueológica desconocida hasta el momento. En su mayoría son canales, y se cree que son los primeros sistemas hidráulicos de Lima, de más de 2.000 años de antigüedad.
Oct. 2013: El alcalde de Ate anuncia que, finalmente, en noviembre se empezarán a perforar los túneles, una vez que se termine con el trabajo de rescate arqueológico.
Primero parece necesario tener en claro qué entendemos por bien común. Definiciones hay muchas pero todas coinciden en lo mismo: no se trata de la suma de los bienes individuales, sino que se trata de algo hecho en beneficio de todos los ciudadanos.
En el caso de los túneles, el argumento del aparente beneficio para todos es el que ha venido imponiéndose. Tanto así, que un cerro que había sido declarado intangible, ubicado en una importante zona arqueológica de la capital, va a ser atravesado para cumplir ese fin. Digamos que si fuera cierto, en buena medida quedaría justificada esta acción.
¿Pero estamos seguros que este es el caso? ¿Se han hecho públicos los estudios de Transporte? Una simple mirada al mapa deja al descubierto que la ampliación de la Av. Javier Prado solo tiene una longitud de unos 600 metros, para después volver a ingresar a la Carretera Central. ¿Cuál es el beneficio para la ciudad entonces?
Y en beneficio de quién
Una de las mayores tensiones que se vive en Lima estos días tiene que ver con la pérdida progresiva de valioso patrimonio arquitectónico. A eso se suma una historia de gestión de estos bienes culturales que es débil y cuestionada. Pero si este legado, es de todos los ciudadanos, ¿las decisiones no deberían apuntar, precisamente, al bien común?
Lo que viene quedando claro, en el caso de Puruchuco, es que un beneficiario directo de este proyecto, antes que los millones de ciudadanos, será la empresa que va a construir el centro comercial Real Plaza, justamente del otro lado del cerro y donde, según se entiende, levantarán su enorme playa de estacionamiento para 2000 autos. ¿Eso justifica lo que está sucediendo ahí?
Cuando hace un año le pregunté al alcalde Benavides por qué no se había optado por los túneles subterráneos, me respondió que “porque hay que enterrarlo una cuadra antes, y por donde saldría no es propicio”.
Evidencia desenterrada de canales de irrigación. Fotos: JL
Cargado de historia
Luego está el hecho de la carga patrimonial del lugar. Durante años muchos creímos que en Puruchuco solamente existía el recinto del último curaca inca. Lo que nos hemos venido enterando es que todo el cerro Mayorazgo es repositorio de varias capas de ocupación, con una cronología que supera los 3.000 años de antigüedad.
Es más, lo que está saliendo a la luz en las excavaciones de estos días son vestigios de lo que se creen son los primeros sistemas hidráulicos de la capital: canales de regadío milenarios, de los que cuales no existe otra evidencia en la ciudad.
Esto nos lleva a otro aspecto del debate, sobre si lo encontrado es suficiente razón para detener todo el proceso, o si basta con un registro detallado. Hay razones que justifican una u otra medida, pero en lugar de un diálogo y la búsqueda de soluciones consensuadas, lo que se vive es una atmósfera de innecesario enfrentamiento.
¿Qué futuro?
Un tercer elemento es el de la misma gestión y protección de patrimonio cultural. Aquí, también parece quedar claro que lo que manda son intereses poderosos, que van más allá de la capacidad de acción de un ministerio. La historia de cómo se ha procedido con Puruchuco (y aquí abajo pueden encontrar una cronología breve), nos muestra los vaivenes de la política, a expensas de nuestro patrimonio.
Entonces, ¿solo es posible la protección mientras no afecte a grandes intereses económicos? La experiencia viene diciendo que es así. Y es un tema que por ahora, todo parece indicar, escapa a la capacidad de protección de un gobierno que debería actuar en beneficio de sus ciudadanos.
Al final, es posible que Puruchuco nos deje o una buena lección o un mal sabor de boca. Lo que está pasando aquí es solo la una muestra de lo que está sucediendo con todo sitio, arqueológico o histórico, que quede en la mira de intereses comerciales.
Que nos hace falta un Estado fuerte que defienda lo que es de todos, es verdad. ¿Pero cómo lo conseguimos? De repente toca ampliar el ámbito de presión y exigir no solo a las autoridades políticas sino a las mismas empresas que están generando estas situaciones. Un Estado débil de repente necesita de una sociedad civil más fuerte. Igual es una buena solución.
***
Breve cronología del desorden y choque de intereses en uno de los más importantes sitios arqueológicos de Lima:
El área verde que rodea el palacio del curaca, o lo que debería ser la zona de amortiguamiento, está en manos de una universidad privada. Foto: Rumbos.
1950s: La zona de Puruchuco pertenece a la hacienda Vista Alegre, de la familia Ísola. A fines de esa década, los dueños donan el sitio arqueológico al Estado.
1960: El Dr. Arturo Jiménez Borja reconstruye el palacio del curaca e inaugura el primer museo de sitio en Sudamérica.
1979: La Constitución de ese año señala que todo vestigio arqueológico en propiedad privada pasa a ser del Estado. Antes de esa fecha la familia Isola habría vendido los terrenos aledaños a Mario Chang.
1985: El entonces INC declara al Cerro Mayorazgo y campos aledaños como área paisajista protegida, lo que implica (hasta donde parece) una expropiación de los terrenos a Chang.
1985: Aparecen los primeros planes para cortar el cerro, y el entonces alcalde de Lima, Alfonso Barrantes, asume su defensa y sugiere un desvío alrededor de Puruchuco.
1993: La nueva Constitución modifica la situación existente respecto a los sitios arqueológicos y da prioridad a la propiedad privada.
1998: Mario Chang, amparado en la Constitución del 93, reclama las tierras.
2000: El entonces director del INC, Luis Repetto, firma la Resolución N° 749/INC del 05 de julio, que desafecta el terreno de más de 40mil m2, y pasa a manos de Mario Chang Phum.
2000: Otra resolución firmada por el mismo director del INC desafecta un sector de la zona arqueológica de Huaquerones, parte del complejo de Puruchuco, para que la ocupe el AAHH Túpac Amaru.
2001: El Congreso autoriza que el sector oeste del cerro, designado para ser un gran parque público para Lima, pase a manos privadas para levantar el estadio de la U. Se denuncian enormes presiones comerciales e inmobiliarias.
2001: Puruchuco efectivamente se queda sin ninguna zona de amortiguamiento sobre territorio plano.
2001: En enero, el INC declara a Puruchuco Patrimonio Cultural de la Nación, Resolución Directoral N°082. Ese mismo año, la institución rectora recomienda hacer un túnel y no un corte a tajo abierto.
2003: Luis Guillermo Lumbreras, director del INC, firma la resolución 268 del 16 de mayo, que autoriza la ampliación de la Av. Javier Prado a tajo abierto.
2004: El Cerro Mayorazgo es declarado Patrimonio de la Nación (RDN Nº 827/INC-2004).
2011: El alcalde de Ate, Oscar Benavides, lanza con bombos y platillos sus planes para cortar el cerro en dos y dar paso a la continuación de la Av. Javier Prado.
Set. 2011: Artículo de El Comercio deja al descubierto inconsistencias en el manejo del proyecto de ampliación de la Avenida.
Dic. 2011: El ministerio de Cultura decide no autorizar el corte a tajo abierto. Se anuncia la opción de túneles subterráneos.
Jul. 2012: Otro artículo de El Comercio da a conocer que los túneles acordados no serán subterráneos sino prácticamente a nivel del suelo.
Jul. 2012: El decano del Colegio de Arquitectos del Perú-Lima, José Enrique Arispe, denuncia que “esto dista del compromiso inicial, y de la orden dada por el presidente de la República, que la mitad del túnel iba a penetrar bajo el nivel del suelo”.
Jul. 2012: Jorge Ruiz de Somocurcio, arquitecto y urbanista, declara que con los túneles “pretenden hacernos creer que se está respetando el volumen prehispánico, cuando en realidad lo perfora sin contemplaciones”
Feb. 2013: En entrevista con el entonces ministro de Cultura, Luis Peirano, se refiere a poderosas presiones comerciales para resolver de determinado modo el tema Puruchuco.
Jul. 2013: Peirano deja la cartera y asume Diana Álvarez Calderón, señalando que una de sus prioridades será la recuperación de patrimonio arqueológico, y se compromete a crear alianzas con la empresa privada para esa tarea.
Ago. 2013: Plantón frente al ministerio de Cultura de colectivos de ciudadanos. En los últimos dos años se produce un progresivo aumento de un movimiento patrimonialista, formado por arqueólogos, estudiantes, artistas y sociedad civil en general, que busca la revisión completa de los planes para la construcción de los cuestionados túneles.
Set. 2013: Trabajos de rescate sobre el terreno en el que se construirán los túneles, deja a la luz evidencia arqueológica desconocida hasta el momento. En su mayoría son canales, y se cree que son los primeros sistemas hidráulicos de Lima, de más de 2.000 años de antigüedad.
Oct. 2013: El alcalde de Ate anuncia que, finalmente, en noviembre se empezarán a perforar los túneles, una vez que se termine con el trabajo de rescate arqueológico.
Javier Lizarzaburu
Miércoles, 6 de noviembre de 2013
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