34 ataques sufrieron huacas en toda Lima. LR, 23/1/11
34 ataques sufrieron huacas en toda Lima
Jorge Luis Cerda.
Mientras para algunos las zonas arqueológicas son un atractivo turístico, para otros son blancos perfectos de una invasión. Sucedió el mes anterior en Pachacámac, donde la PNP desalojó a cinco mil invasores. Sin embargo, hubo otras agresiones que no pudieron evitarse.
Así lo revela un documento de la Dirección de Defensa del Patrimonio Histórico del Ministerio de Cultura, que registra 34 agresiones a los diversos patrimonios arqueológicos de 13 distritos de Lima Metropolitana en los últimos años, entre los que figuran más de 20 invasiones consumadas (ver infografía).
Algunas agresiones inevitables
Uno de los casos más ilustrativos de agresión a nuestro patrimonio ocurrió en el Templo Huacoy, de Carabayllo, en el 2007. Allí, según información del Ministerio de Cultura, sin autorización alguna Sedapal instaló agua y desagüe en la zona, por lo que aún continúa un proceso en la Fiscalía Mixta de Carabayllo.
La invasión más grande de la década sucedió en julio del 2009 en la reserva arqueológica de Canto Grande, que comprende unos 87 sitios. Allí, luego de una lucha ardua se asentaron en menos de un mes unas cinco mil personas.
Igual ocurrió en las afueras de Lima. En la entrada a Huaura se consumó la invasión de Cerro Vispán y en las afueras de Supe, por la zona de Chimucápac, sucedió lo mismo.
Entre los saqueos ocurridos figuran el robo de huacos en la Huaca Aramburú, en San Miguel, y daños en la huaca El Paraíso, en San Martín de Porres, por las ondas expansivas de una construcción. Además hubo vandalismo recurrente. También hay patrimonios en riesgo de invasión como San Juan de Pariachi y Huaycán de Pariachi, en Ate Vitarte.
Esfuerzos en la defensa
Según la directora de Defensa del Patrimonio Histórico, Blanca Alva: “Todas las zonas arqueológicas están en riesgo de invasión”. En su gestión, como acaba de ocurrir en Pachacámac, se ha decidido mantener una estrecha comunicación con la Policía de las jurisdicciones en riesgo, además del apoyo de vecinos, para advertir y detener las invasiones.
Esa política evitó la invasión al Santuario de Pachacámac en diciembre último. Además han tenido otras intervenciones importantes como la defensa de Lomo de Corvina en Villa El Salvador, Cerro Gallo en San Juan de Lurigancho y Tambo Inga en Puente Piedra, que iba a ser afectada por la construcción de una carretera.
¿Pero por qué se dan tantas agresiones a nuestro patrimonio? “Hay una necesidad de las personas por un lugar para vivir, sin embargo, son engañadas y azuzadas por traficantes de tierras, quienes son los mayores responsables”, alertó Blanca Alva.
reacciones
"Hace falta más coordinación entre los municipios, el Ministerio del Interior y los pobladores para defender nuestro patrimonio cultural”.
Yuri Castro Chirinos
Ex director de arqueología del INC
"Es vital trabajar con los vecinos. Ellos deben sentir el patrimonio como suyo y defenderlo; deben sentirse parte de nuestra cultura”.
Denise Pozzi-Scott
Dir. del Museo de Sitio de Pachacámac
Autoridades deben exigir el CIRA
Blanca Alva señaló que las empresas, antes de construir obras, deben consultar al Ministerio de Cultura y obtener el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA).
Para que se cumpla este objetivo, los gobiernos locales y regionales deben considerar a los patrimonios culturales dentro de su plan de desarrollo urbano.
Alva pide también sanciones penales más severas a los traficantes de tierras (les dan de 3 a 8 años) y que estas se apliquen. “El 99% de casos se archivan porque no hallan a los responsables”, precisó.
En la región Lima hay unas 1,800 zonas arqueológicas declaradas, y a nivel nacional casi 12 mil.
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