El nuevo museo nacional (MUNA): crónica de irregularidades. Idelee revistas 285

El nuevo museo nacional (MUNA): crónica de irregularidades

Ideele Revista Nº 285
Fuente Andina.
La obra de construcción del Museo Nacional del Perú (MUNA) en el distrito de Lurín (Lima), fue presupuestada, al inicio, en S/ 516,952,273. En el 2017 esta cifra se incrementó a S/ 591,579,559.60, debido a obras adicionales que no estuvieron contempladas en el proyecto original. Dicho monto constituía un gran estímulo para cualquier constructora; tal es así que la buena pro fue otorgada al Consorcio Constructor MUNA, conformado por las empresas: Obrascon, Huarte y Lain (OHL) y Aldesa Construcciones, y supervisada por Graña y Montero. Estas empresas están, ahora, comprometidas en serias denuncias de corrupción e irregularidades en procesos de licitación y ejecución de obras en el Perú y el extranjero.
El Ministerio de Cultura empezó con “el pie izquierdo”, requiriendo la contratación de un profesional especialista en arqueología para la elaboración del sustento arqueológico que permita identificar la mejor ubicación del proyecto “Museo Nacional del Perú”, quien tuvo como único encargo entregar el “sustento arqueológico que posibilite la ubicación idónea del Proyecto del Museo Nacional en el Complejo Arqueológico de Pachacamac, distrito de Lurín”. En este documento sólo contempló un estudio de alternativas para un proyecto que ya tenía ubicación desde su formulación. Llamó la atención que en los Términos de Referencia de la consultoría de mayo del 2014 se requirió, en sus objetivos, que la ubicación del MUNA sea en el Santuario de Pachacamac.
El estudio realizado por el arqueólogo Fujita, arrojó tres alternativas: 1. Complejo Maranga, 2. Club Lawn Tennis de la Exposición y el 3. Santuario de Pachacámac, concluyendo que la mejor opción (como estaba previsto) sería en el Santuario de Pachacamac (Lurín). Pero el informe de Fujita, a pesar de dejar claro que la alternativa del MUNA en Pachacamac era la más adecuada, da inicio a los cuestionamientos que en un futuro sonarían cada vez más fuerte entre los opositores de este mega proyecto. Tal es así  que, en el mismo documento, se consigna lo siguiente: (…) se ha identificado estructuras de probable origen prehispánico, así como extensos conchales del mismo periodo (…) considerar en el proyecto la posibilidad de contar con un tsunami e inundaciones (…) es también un espacio polémico por estar inscrito a su vez en un espacio religioso que aún se sigue usando (…) proceso de inscripción de la totalidad del área intangible en los Registros Públicos.
Era evidente que la alternativa sugerida constituía un alto riesgo, entonces, ¿por qué no se consideró otras áreas para la ejecución del proyecto?; incluso, desde febrero del 2014 ya se contemplaba la ampliación del Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú (MNAAHP). Sin embargo, no se tomó en cuenta la posibilidad de emplear dicho espacio como una alternativa, que contaba con más de 20 mil metros cuadrados en contraste con los 15 mil metros cuadrados del edificio destinado al MUNA en Lurín. Surge el cuestionamiento: ¿por qué se eligió la alternativa más riesgosa y costosa?
El MUNA en el Santuario de Pachacamac, una obra que se construye frente a otro (Museo de Sitio, galardonado internacionalmente), se ha convertido, a todas luces, en un doble símbolo:
  • Para un sector de la población de Lurín y de los funcionarios públicos que lideran o lideraron el sector Cultura y los allegados a este, el proyecto significaría desarrollo y beneficio para la población, mejoras en las condiciones museológicas y gestión de colecciones, que mucha falta hace en nuestro país.
  • Para otro sector, de patrimonialistas, Contraloría General de la República, entre otros, la obra sería un símbolo más de la corrupción enquistada en el sector público, que se alimenta de las grandes constructoras; ya que se ha evidenciado serios cuestionamientos, vacíos e irregularidades durante la formulación de los estudios y la ejecución del proyecto que hasta la fecha no ha podido ser esclarecido de manera transparente.
A fines del 2016, la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso de la República, conformó el “Grupo de Trabajo encargado de evaluar y fiscalizar las presuntas irregularidades en la construcción del Museo Nacional de Arqueología del Perú en el Santuario de Pachacamac (MUNA)”. Se formaron mesas de trabajo, donde se expusieron y sustentaron las irregularidades durante la formulación del proyecto.
Ante este panorama, el exministro Salvador del Solar informó de  una modificación para el proyecto: reducir de 75 mil m2 a 63 mil m2; lo cual generaría un ahorro de entre 60 a 80 millones de soles[1]Es por ello que, a través de una solicitud de acceso a la información pública, se requirió al Ministerio de Cultura una copia del expediente técnico de dicha modificación. Ante este requerimiento, la abogada de la Oficina de Proyectos Especiales Marlene Vizcarra Gallardo, respondió que su unidad ejecutora no cuenta con la información solicitada (…), denegando, de esta manera,  el pedido de la documentación.
Sin embargo, Luis Jaime Castillo Butters, exviceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, habría tenido acceso a la documentación antes referida. En una declaración al  diario La República[2], indicó que (…) erecorte, empero, encareció la obra y significó la anulación de una sala que iba a servir como “museo para niños (…).
A la fecha no se ha esclarecido de donde provendrán las colecciones que irán a exhibirse en el MUNA, pues, el Sistema Nacional de Museos (a cargo del Ministerio de Cultura) abarca 48 museos[3]. Sin embargo, se pretende desmantelar las colecciones prehispánicas del Museo Nacional de Historia Arqueología y Antropología del Perú, ubicado en Pueblo Libre, tal como lo ha señalado el exviceministro Luis Jaime Castillo:
“(…) las piezas arqueológicas estarán ubicadas en el Museo Nacional en Pachacamac, todas las piezas que datan desde la llegada de los españoles en 1532 hasta la República deben estar expuestas en la ampliación de este museo [MNAAHP] (…)”.[4]

"No nos sorprendería  que, en breve plazo, la titular del sector Cultura siga implorando al “Señor de los Temblores”, para que no haya adversidades[1], en lugar de atender debidamente las observaciones estructurales, administrativas y financieras señaladas por la Contraloría General de la Republica".
Intervención de la Contraloría General de la República
La Contraloría General de la República (CGR) también participó en las mesas de trabajo organizadas por la Comisión de Cultura y Patrimonio Cultural del Congreso de la República. Mediante el Oficio N° 240-2015-CG/VC, alertó al Ministerio de Cultura sobre los riesgos en los que se incurriría al construir el Museo Nacional de Arqueología (MUNA) en el Santuario Arqueológico de Pachacamac.
En el 2016, mediante un informe de auditoría, la CGR refiere que el proyecto no cuenta con la aprobación de los órganos competentes del Ministerio de Cultura. Asimismo, advierte sobre la falta de documentación y aprobaciones de acuerdo con la tipología del proyecto, y sobre los resultados de las intervenciones arqueológicas que fueron ejecutadas posteriormente al otorgamiento de viabilidad del PIP por parte de la Oficina de Inversiones del Ministerio de Cultura. Acá resalta, nuevamente, que se pondría en riesgo la sostenibilidad del proyecto en sus fases de inversión y post-inversión [5].
El contralor recomendó al Ministro de Cultura que se valore los nuevos riesgos identificados (Oficio N° 274-2017-CG/DC):
1. No cuenta con opinión de los órganos competentes
2. El Proyecto Arquitectónico del Expediente Técnico del Museo Nacional del Perú – MUNA, no contempló el número total de estacionamientos acorde a la normativa.
3. En el esquema de diseño de conexión de agua y desagüe del expediente Técnico no se ha considerado ninguna de las alternativas señaladas por SEDAPAL para la aprobación respectiva, generando el riesgo de que no se cuente con el abastecimiento de agua potable requerido para las operaciones del Museo;
4. El Expediente Técnico considera solo el montaje de algunos equipos que forman parte del sistema de utilización en media tensión, sin embargo en el expediente de dicho sistema, aprobado por Luz del Sur y en el pago a realizar por derecho de conexión de media tensión, se podrían incluir partidas por duplicado o excluir otras[6]
 Durante el 2018, la CGR  ha emitido cinco  Informes de Control Concurrente[7], desde el 12 de julio al 19 de diciembre del 2018, donde se muestran aspectos relevantes y situaciones adversas que generan los siguientes riesgos:
a. Abonar un pago injustificado al contratista, por partidas y metrados no ejecutados, de hasta S/ 14 millones.
b. Controversias y mayores costos de supervisión para el 60% de obra pendiente de ejecutar.
c. Incumplimiento de plazo contractual.
d. No cumplir oportunamente con los objetivos del proyecto.
e. Daños estructurales y afectación de la calidad del proyecto.
f. Inadecuada supervisión y no sancionar el incumplimiento contractual.
g. Falta de liquidez para la culminación del proyecto.
h. Afectación de la integridad física del personal de obra y terceros.
i. Afectación del control y transparencia del proyecto de inversión pública.
j. Incumplimiento en la finalidad del proyecto.
Cabe resaltar que, mediante el último Informe de Control Concurrente (Hito de Control N° 5), cuyo objetivo fue el “(…) determinar si el avance del proceso constructivo de la obra principal y las obras complementarias (sistema de abastecimiento de agua potable y alcantarillado y sistema de utilización de media tensión) (…)”, se solicitó al Ministerio de Cultura que brinde el diseño de ingeniería optimizado debidamente aprobado. Sin embargo, no fue otorgado.
Finalmente, en su último Informe[8] da cuenta que no se ha cumplido con subsanar en su totalidad los riesgos advertidos en los Hitos de Control N° 1, 2 y 3; además, se verificó que no se ha tomado las acciones correctivas para las observaciones del Hito de Control N° 4, correspondientes a la presencia de fisuras y humedad en el techo de los ambientes del Sector 3 del MUNA, las mismas que generarían, no sólo un daño estructural en el edificio, sino también el deterioro al que se expondrán las colecciones prehispánicas debido al traslado hacia los sótanos del MUNA.
Anecdóticamente, el 11 de noviembre de 2018, la ex jefa del Archivo General de la Nación, Luisa Vetter, declaraba sobre el riesgo constante de perder valiosos documentos en dicha entidad, ante posibles incendios, señalando: “Rezamos para que el incendio jamás ocurra[9]. No nos sorprendería  que, en breve plazo, la titular del sector Cultura siga implorando al “Señor de los Temblores”, para que no haya adversidades[10], en lugar de atender debidamente las observaciones estructurales, administrativas y financieras señaladas por la Contraloría General de la Republica.
Entonces, ¿se tomarán acciones inmediatas para las sanciones correspondientes a los funcionarios responsables de las irregularidades sobre la construcción de esta “carcasa de concreto”? ¿Acaso se permitirá el desmantelamiento desmedido del MNAAHP para trasladar sus colecciones prehispánicas a los sótanos sumergidos del MUNA, expandiéndolas al riesgo que representa la humedad proveniente de la napa freática, que aflora constantemente a través de las grietas que se extienden en las paredes del edificio?
Mientras el Santuario de Pachacamac se ve vulnerado, pues ni su propio Plan de Manejo es respetado, el espíritu de quienes lo habitaron y participaron en sus ceremonias y rituales sigue presente, quizás para que en un futuro cobre revancha telúricamente; por lo pronto ¿qué hacemos nosotros para defenderlo?


[1] El 12 de abril del 2017. “Todo se Sabe”. Entrevista por Milagros Leiva.
[2] 26 de marzo del 2018. “El MUNA será la única obra para celebrar el Bicentenario”. Tomado de URL: https://larepublica.pe/cultural/1217167-el-muna-sera-la-unica-obra-para-celebrar-el-bicentenario
[3] Museos según Departamento, hasta Abril 2019. (http://www.infocultura.cultura.pe/infocultura/).
[4] Informe N° 003-2014-VMPCIC/MC, de fecha 19 de febrero del 2014.
[5] Nota de Prensa N° 68-2016-CG/COM, de fecha 7-setiembre-2016
[6] El subrayado es nuestro.
[7] CONTRALORÍA GENERAL DE LA REPÚBLICA
Informe de Control Concurrente N° 676-2018-CG/MPROY-CC; de fecha 12 de julio del 2018.
Informe de Control Concurrente N° 895-2018-CG/MPROY-CC; de fecha 24 de setiembre del 2018.
Informe de Control Concurrente N° 1065-2018-CG/MPROY-CC; de fecha 25 de octubre del 2018.
Informe de Control Concurrente N° 1179-2018-CG/MPROY-CC; de fecha 26 de noviembre del 2018.
Informe de Control Concurrente N° 1330-2018-CG/MPROY-CC; de fecha 19 de diciembre del 2018.
[8] Informe de Control Concurrente N° 1330-2018-CG/MPROY-CC; de fecha 19 de diciembre del 2018.

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